La Sorpresa de una persona diferente
La partida de Jesús y, en el mismo tiempo, su diferente presencia en la comunidad de los creyentes, bajo ciertas condiciones, para que superen el sentimiento de orfandad, debido a la desaparición física de Jesús. La principal de las condiciones, parece decirnos el mismo Jesús, es el amor hacia Él: “Si me aman, cumplirán mis mandamientos”. La sorpresa es que no se trata de un sentimiento genérico e indefinido de amor, sino de una “vivencia concreta”, que se realiza en cumplir fielmente todo lo que el Señor nos ha revelado, o sea, la totalidad de su enseñanza evangélica, complemento y no abolición, como ya sabemos, de los diez mandamientos. “Guardar mis mandamientos”, entonces, en el pensamiento de Jesús, es equivalente a “observar” sus palabras y cumplir su voluntad.
La resurrección no es algo del pasado. A pesar de las dificultades o de las experiencias del fracaso, aparece este brote de la resurrección. Así les sucedío a los de Emaús, iban amargados, huyendo de todo lo que habían vivido. Son los desilusionados que caminan por la vida huyendo de.... como nosotros que vivímos huyendo, intentando no pensar en lo que nos pasa. Quiero mudarme, quiero estudiar afuera, quiero viajar... porque nos asusta tener que soportar lo de siempre, que pareciera eterno. Los discípulos de Emaús estaban convencidos de que todo se había terminado y huían desilusionados... murmuraban y comentaban entre sí, mientras iban caminando, y no veían a quien tenían al lado. Era Jesús, el mismo que camina a nuestro lado todos los días y no lo vemos.